Un bien de búsqueda es aquel en el que sus principales características pueden ser evaluadas por anticipado, es decir que el consumidor bien las conoce previamente porque son productos ordinarios (por ejemplo leche, huevos, agua, etc.), o bien los puede evaluar con la información que obtiene mediante un proceso de búsqueda. Esto hace que los productos de búsqueda están más relacionados con la substitución y con la competencia en precios ya que los consumidores pueden fácilmente hacer comparativas y buscar alternativas para conseguir más ventajas ya que están seguros que los productos son comparables.