En contraste con los bienes de búsqueda y los bienes de experiencia, los denominados bienes de confianza, son aquellos que es complicado o no pueden ser evaluados por los consumidores ni incluso después de haberlos consumido. Así, el consumidor no puede examinar la calidad y características de los productos porque ni siquiera conoce cuáles son las características que debe tener el producto o servicio que necesita, lo que hace que en la mayoría de los casos sea un vendedor experto quien observa y evalúa los requerimientos del consumidor y provee el producto o servicio adecuado para satisfacer sus necesidades.